En mis años de formación como ingeniero industrial, a menudo luché por encontrar la lógica sobre la forma como los estudios sobre tiempos y movimientos se realizan. Por un lado, me enseñaron a descomponer el trabajo en elementos y ser meticuloso en la determinación de los tiempos de los mismos. Por otra parte, después de la recopilación de datos, una aparente tolerancia arbitraria se aplica al tiempo resultante. Supuestamente, al realizar más estudios sobre tiempos, lograríamos ser más eficientes al asignar las tolerancias adecuadas.
Conforme fui avanzando, me percaté de “lo imponderable” – la fatiga, el estrés, la moral, la motivación y el potencial - juegan un papel mucho mayor en afectar el rendimiento humano que lo que me enseñaron.
Si bien me hice más hábil en reconocer cuando alguien estaba trabajando de una forma
"promedio", mi conciencia cada vez mayor del impacto de “lo imponderable” lograba
confundir la parte lógica de mi cerebro. ¿Cómo se puede predecir lo que la gente debe
ser capaz de hacer, sin saber cómo su agudeza mental y otros factores de origen fisiológico afectan a su rendimiento?
Deming me dio algo de alivio.
Él me convenció de que lo más importante son las cosas desconocidas e imponderables, pero esto a menudo tenía poco peso con mis superiores, cuando trataba de defender la propuesta de un índice de producción o explicar un aumento en los niveles de defectos. Fue muy difícil demostrar el impacto que tenían los playoffs del domingo de fútbol en el desempeño laboral del lunes, o cómo la liga de boliche del jueves en la noche influía en el alza en los niveles de defectos del viernes. Yo no podía demostrar el impacto con datos, pero sabía que los efectos no debían ser ignorados.
Existen un montón de datos que demuestran que tenemos estilos de vida menos saludables en materia de alimentación, hábitos de sueño y el equilibrio entre trabajo y vida. La auto-experimentación ha reforzado mi creencia de que el estrés, la fatiga, la mala alimentación y el poco ejercicio aumentan los errores humanos.
Por ejemplo, el tiempo que tardo para completar Sudoku y crucigramas aumenta significativamente cuando he estado despierto durante 18 horas seguidas.
Ha sido un poco más difícil encontrar datos o experimentos que evalúen el impacto de la moral, la motivación y el potencial en el rendimiento humano, pero estoy convencido de que estos “imponderables” desempeñan un importante papel en este ámbito.
Creo que la tecnología está evolucionando a un punto en el que algunos “imponderables” pueden ser evaluados. Aplicaciones de video-juegos puede evaluar la agudeza mental, y las empresas de mercadotecnia utilizan imágenes por resonancia magnética para evaluar cómo la actividad cerebral se asocia con ciertos campañas publicitarias. ¿Podremos alguna vez llegar al punto en el que se analice periódicamente la actividad de nuestro cerebro para determinar la moral y los niveles de motivación?
Me parece útil determinar cuales de “los imponderables” tiene el mayor impacto significativo en el rendimiento. Yo voto por la fatiga. De todos los citados, se ha hecho más investigación acerca de ella. También es probablemente más fácil determinar cuando una persona está cansada y qué aspectos de su estilo de vida han dado lugar a ese estado de fatiga. Dicho esto, muchas organizaciones ignoran el impacto de la fatiga en relación a un error humano, aunque las expectativas de trabajo que depositan en las personas puede ser uno de los principales culpables.
Es más probable que la moral se encuentra en segundo, pero el impacto del estrés y la motivación parece ser mucho más difícil de medir. Puedo aceptar esto, pero creo que si las organizaciones consideraran la fatiga y la moral, podrían hacer grandes progresos en la mejora del rendimiento humano.
Puedo no poder cuantificar el impacto de estos “imponderables”, pero estoy dispuesto a aceptar el impacto significativo que tienen sobre mi propio rendimiento y el de mi organización
¿Y usted está dispuesto?