UNIVERSIDAD MARISTA DE MÉRIDA A.C.

Vivienda para los pobres

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La Universidad Marista pone en marcha un taller, les compartimos la nota publicada en el Diario de Yucatán.

Dos prestigiados arquitectos que además destacan por su labor a favor de “los sin techo” abrieron ayer el Taller de Vivienda que realiza la Escuela de Arquitectura de la Universidad Marista, enfocado a un modelo distinto de construir casas para atender la demanda de las familias más pobres del país.

Oscar Hagerman Mosquera, Doctor Honoris Causa y ganador del Premio Príncipe Claus y la medalla de oro en el Premio Nacional de Diseño, y Enrique Ortiz Flores, Doctor Honoris Causa, integrante del Consejo Nacional de Vivienda y ex presidente de la Coalición Internacional para el Habitat, iniciaron ese taller que durará tres días y en el cual participan estudiantes de esa universidad.

En entrevista, explicaron que el taller promueve una forma distinta de hacer vivienda, a fin de que ésta llegue a familias cuya marginación les impide obtener casa mediante las vías inmobiliarias convencionales.

Ortiz Flores indicó que ese modelo de construcción no busca sólo hacer casas sino formar comunidad, ya que las viviendas se realizan sin fines de lucro, con la participación de todos los integrantes de la comunidad y el apoyo de agrupaciones civiles y asesores técnicos.

-Esto no es nuevo, hace 50 años que comenzaron estas experiencias -manifestó.

En ese modelo se recurre a los terrenos que tienen esos pobladores, “ya que en el país no hay una política del suelo, no hay tierras para la vivienda de los pobres”.

Para esa estrategia autogestiva se requiere capacitar y organizar a la comunidad a fin de que en forma solidaria, aplicando sus usos y costumbres, resuelvan su necesidad de una morada digna.

“Por ello afirmamos que en este tipo de arquitectura no hacemos casas sino que construimos comunidad”, recalcó. “Se genera un tejido social más vigoroso”.

Hagerman Mosquera, un español con raíces suecas radicado en México, subrayó que en ese modelo no se impone estilos de vivienda, sino que la población indica cómo la quiere, y en su construcción se utilizan preferentemente materiales típicos de la zona donde viven.

El entrevistado lleva unos 50 años trabajando con comunidades indígenas del país, a quienes apoya diseñando viviendas, colegios, clínicas, albergues y puentes, así como muebles que los pobladores pueden fabricar y luego vender para obtener ingresos económicos.

Eso último derivó en una de las varias distinciones que ha recibido por su trabajo como arquitecto y diseñador industrial y de interiores de oficinas así como el diseño gráfico. Hagerman Mosquera creó una silla que artesanos reprodujeron por millares para obtener ingresos.

“Contra lo que pudiera pensarse, entre los estudiantes de arquitectura hay gran interés en este tema de la vivienda rural”, manifestó. “Queremos que los futuros profesionales de esta licenciatura se involucren en este tipo de soluciones, y por ello hay que alentar ese interés desde que son estudiantes de la carrera”.

Javier Muñoz Menéndez, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Marista, expresó que en las comunidades marginadas es donde más se requiere la presencia de los arquitectos, pues es necesario diseñar casas de bajo costo y resolver otros aspectos para dar casa adecuada a esas familias.

En el taller también expondrá el arquitecto Jorge Andrade Narváez, profesor investigador de la Universidad Autónoma Metropolitana con amplia trayectoria en la investigación sobre vivienda popular.

 

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