Felices de egresar de la Marista con un alto promedio
En cada persona hay un modelo a seguir independientemente de sus calificaciones, opinan Mildred Maricruz Marrufo Fuentes, David Andrés Espadas Hau y Dilan Gael Orozco Rodríguez, mejores promedios de la Universidad Marista en sus respectivas carreras.
Mildred terminó con 97.25 puntos la Maestría en Psicoterapia Psicoanalítica; David con 92.49 la Licenciatura en Diseño Gráfico, y Dilan Gael con 92.39 la Licenciatura en Diseño de Interiores. “Realmente estamos felices de terminar nuestros estudios”, expresan los tres en entrevista con el Diario.
“Yo particularmente estoy contenta”, reconoce Mildred, a quien le sorprendió enterarse que fue la mejor promedio de su generación. “Un mejor promedio no te mide como persona, lo que te mide es tu desempeño académico”, y aunque se dijo feliz por el resultado, añadió que una buena calificación tampoco es reflejo de la parte humana que se enseña en la universidad y que es lo verdaderamente importante.
David, quien cursó la carrera con una beca del 50 por ciento, indica que también le sorprendió ser el mejor promedio, sobre todo porque pertenece a la primera generación de la Licenciatura en Diseño Gráfico.
El joven señala que más que obtener un buen promedio, su meta desde que empezó a estudiar siempre fue dar lo mejor. “Como soy becado estaba consciente que tenía que mantener un promedio alto, pero más adelante dejé de pensar en eso y comencé a esforzarme realmente por mí”.
Añade que estaba consciente de que sus papás, económicamente, no podían apoyarlo al cien por ciento con su carrera. “Allí fue donde flaqueé, tuve que trabajar para poder completar mis gastos, y por eso tener un buen resultado es como una forma de brindarle respeto también a mis padres”.
Dilan, originario de Campeche, señala que se siente un poco nervioso por la nueva etapa que llega en su vida profesional. “Son momentos de cambios y estoy feliz de obtener el mejor promedio de mi generación”.
Cuenta que su formación fue de muchos sacrificios, en primera instancia dejar a la familia y los amigos. “Había ocasiones en que pasaba un mes y nos los veía… esta calificación es lo menos que yo puedo regresar a mis papás por haberme apoyado”.
En el tema de qué le van a retribuir a la sociedad, como se suele decir cada año en los discursos de graduación, los jóvenes comentan que es muy importante tener conciencia social.
Ahorita está arraigada la idea de que los políticos y muchos empresarios son corruptos y por eso lo que hay que implementar es el ser para servir… hay que pensar antes de actuar”.
Mildred también es de la idea que hay que retribuirle a la sociedad en dos aspectos. “Como profesionales (en la Universidad) hemos recibido formación humana y cristiana y es lo que debemos demostrar; y por otro lado hay que ejercer nuestra profesión de manera ética y responsable”. La joven añade que hay que fomentar las relaciones humanas que se han ido perdiendo.
Los profesionales agradecieron a todos las personas que estuvieron involucradas en su proceso de formación desde sus padres hasta los maestros, sin olvidar al personal y a los hermanos maristas.— Iván Canul Ek