En nuestro país existen monopolios y oligopolios en varios sectores, sin embargo en el sector financiero gozamos de mucha competencia, lo que siempre es bueno para el consumidor. Existen poco más de 40 bancos en nuestro país (CNBV, 2013), además de otras miles de instituciones financieras distintas a los bancos, en las cuales podemos pedir prestado dinero.
Al haber mucha competencia se da un libre mercado, en donde las instituciones financieras están dispuestas a cobrar el interés mínimo posible con el fin de atraer clientes, a diferencia de lo que se piensa en cuanto a que estas instituciones nos cobran lo máximo posible.
Tanto los intereses como las comisiones cobradas por los bancos son las mínimas posibles para ser un negocio rentable y así poder seguir operando; los costos, gastos y otras cuestiones que los bancos deben cubrir al cobrar cierto interés son:
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La mayoría del dinero que da en préstamo el banco proviene de las empresas o gente común que deja su dinero ahí como resguardo y a los que generalmente se les paga un interés por ello; lo demás proviene de préstamos por los cuales pagan un interés todavía mayor, y en menor medida proviene del dinero aportado por los accionistas del banco.
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Sueldos y comisiones de los ejecutivos para atraer a la gente a guardar su dinero en el banco y por conseguir a quien prestarle el dinero.
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Los gastos de mantener las sucursales bancarias, cajeros físicos y cajeros automáticos en operación, entre otros gastos de venta y administrativos.
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Tener dinero en efectivo en las sucursales y en cajeros automáticos para el manejo diario es un costo, ya que parte de este se consiguió pagando un interés, sin embargo no puede ser prestado.
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El costo de cubrir a los que no pagan sus préstamos, ya que por cada peso que no devuelva cierto cliente, lo tendrán que cubrir con los intereses que se cobran a quienes si pagan bien.
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Y finalmente una pequeña parte del interés que pagamos es la ganancia del banco, la verdadera razón de existencia de los bancos, menos sus impuestos cotidianos aplicables a cualquier empresa.
Los intereses más bajos son los que nos pagan los bancos cuando ponemos nuestro dinero en pagarés bancarios a un plazo específico, estos rondan entre un 1% y 4%. Después le siguen los otorgados al gobierno de un país, ya que estos rara vez incumplen sus deudas y pueden cobrar más impuestos o recortar gastos para pagarlas. En México una forma de préstamo que toma el gobierno federal en plazos menores a un año es a través de los Certificados de la Tesorería (CETES), y los intereses que han pagado estos en el último año han sido muy similares a la inflación, que se ha movido alrededor de un 4% (Banxico, 2013). Cuando compramos CETES, el estado está en deuda con nosotros y cuando compramos pagarés bancarios el banco está en deuda con nosotros. La tasa de interés es ligeramente mayor cuando los bancos dan prestado directamente con sus fondos a alguna empresa gubernamental, dependencia gubernamental, estados o municipios.
Las empresas grandes, con mucha antigüedad, una alta reputación, y buenas finanzas como Bimbo, Telmex o Wal-Mart se pueden financiar con tasas de entre un 5% y 9%. Le siguen los créditos otorgados a las PYMES que al no ser empresas grandes o reconocidas, tienen mayor posibilidad de quiebra e impago, las tasas pueden variar entre un 10% y 30%.
En las tarjetas de crédito se cobran intereses superiores a todos los mencionados anteriormente ya que se usan generalmente para comprar bienes o servicios de consumo personal, a diferencia de los créditos para las empresas, el consumo personal no genera ningún rendimiento, por lo que el dinero tendrá que reponerse por medio de otra fuente de ingreso. Los microcréditos otorgados a negocios informales a pesar de ser usados para obtener más dinero con el dinero, son igual de riesgosos que los créditos de consumo personal, ya que estos negocios muchas veces no tienen cuenta bancaria o no hacen un buen uso del dinero, lo que resulta en niveles de impago muy similares a las tarjetas de crédito. Sin embargo el interés más alto, es el del mercado ilegal, ya que en este mercado el prestador de dinero incurre en riesgos de una sanción económica o penal, por lo que exige un rendimiento adicional, de no ser así no tomaría los riesgos.
Algunas de las causas por las cuales la tasa de interés puede variar son:
Por el tamaño del crédito o por el riesgo de impago. Otorgar un crédito de $1,000 no requiere 10 veces menos gastos que otorgar uno de $10,000, por lo que mientras menor sea el crédito los gastos representarán un mayor porcentaje del crédito, lo que se deberá transmitir en un mayor porcentaje de interés, esto es similar al precio de mayoreo en el comercio. En el caso del interés que paga el banco por conseguir el dinero que posteriormente va a dar prestado y algunas de las comisiones pagadas a los empleados del banco por conseguirlo, aumentan en la misma proporción que aumenta la cantidad de dinero prestada.
El riesgo de que un cliente no pague se puede estimar consultando su historial crediticio (Buró de Crédito) o su situación financiera y se puede amortiguar con bienes dejados en garantía, por lo que con un mejor historial crediticio o bienes dejados en garantía la tasa de interés podrá ser más baja. Si todos pagarán a tiempo y devolvieran el dinero completamente, las tasas de interés indiscutiblemente bajarían; pero como siempre van a existir clientes que no van a poder o querer pagar, los bancos lo tendrán que cubrir cobrándoles más a los que sí pagan bien.
Aceptar un bien en garantía representa un menor riesgo para el que da prestado dinero. La mejor garantía es un bien inmueble, conocida como hipoteca, ya que en caso de impago se puede quitar la propiedad; le siguen las garantías con bienes muebles, como los automóviles, en este caso hay una posibilidad de no poder quitar el bien en caso de impago ya que este podría ser motivo de robo o sufrir un accidente no cubierto por el seguro, cabe mencionar que casi siempre es obligatorio que un bien mueble y en menor medida un inmueble dejados en garantía cuenten con un seguro y en caso de pérdida total la aseguradora le pagará al otorgante del crédito. Esta es una de las causas por la cual en los créditos hipotecarios generalmente nos cobran un menor interés que en los créditos automotrices.
En países como Colombia existen topes en las tasas de interés que se pueden cobrar legalmente, que son de un 20.83% para el consumo ordinario y de un 35.63% para los microcréditos, siendo la máxima posible de 1.5 veces con respecto a cada tasa en caso de atrasos en los pagos (Superintendencia Financiera de Colombia, 2013). El problema de poner tasas topes es que se excluye del crédito a los sectores más riesgosos que demandan crédito y estarían dispuestos a pagar un mayor interés, la intención del gobierno podría ser que estas personas tal vez se arruinen con un interés tan elevado.
Como defensor de un libre mercado, considero que toda la gente debe tener acceso al crédito, con el interés que le ofrezca un saludable mercado con competencia, de ser dañina la tasa de interés la experiencia le enseñará a la sociedad a dejar de pedir prestado a esas elevadas tasas de interés. En ocasiones estas personas podrán tener una urgencia de dinero y estar dispuestas a pagar cualquier tasa de interés que les ofrezcan y al no haber un mercado legal se tendrán que ir al mercado ilegal, mucho más común en los países con tasas máximas legales, y les cobrarán una tasa mayor derivado de una menor competencia así como del riesgo tomado por un negocio al permanecer fuera de la ley.
Los préstamos con las menores tasas de interés como lo son los dirigidos a las empresas grandes, antiguas y con buena reputación crediticia, así como también los créditos hipotecarios para vivienda, es muy difícil que los otorguen instituciones financieras diferentes a los bancos, como las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (SOFOM), ya que el dinero que estas dan prestado se consiguió a través de préstamos o es dinero propio de los accionistas, por lo que al no poder conseguir “dinero barato” como los bancos que cuentan con el dinero que la gente guarda en ellos, no es viable para estas instituciones dar prestado a un interés tan bajo.
Las tasas de interés y sus rangos mencionados en el presente texto podrían variar en algunas instituciones, sin embargo las mencionadas son las más comunes; estas se manejan de manera anual, aunque sean por un periodo menor o mayor a un año, esto con la finalidad de poder ser comparables.
Por Miguel López Bolio
Licenciatura en Contaduría
Noveno Semestre
Referencias:
Comisión Nacional Bancaria y de Valores. (2013). Bancos. Boletines de Prensa. Comunicado de prensa clave 23/2013 expedido el 8 de abril de 2013. Disponible en red: http://www.cnbv.gob.mx/Bancos/Paginas/Prensa.aspx. Recuperado el 16 de abril de 2013.
Banco de México. (2013). Inflación. Disponible en red: http://www.banxico.org.mx/portal-inflacion/index.html. Recuperado el 16 de abril de 2013.
Superintendencia Financiera de Colombia. (2013). Sala de Prensa. Comunicados Trimestrales. Interés Bancario Corriente. Abril 01 - Junio 30 de 2013 para Crédito de Consumo y Ordinario. Resolución No. 0605 de los artículos 11.2.5.1.1 y siguientes del Decreto 2555 de 2010. Comunicado de prensa expedido el 27 de marzo. Disponible en red: http://www.superfinanciera.gov.co/. Recuperado el 16 de abril de 2013.