El Diario de Yucatán publicó la siguiente nota , en donde Luis Ibarra Chami, alumno de Derecho de la U.Marista, compartió su experiencia como jugador de ajedréz y joven universitario.
Por fuera, Luis Ibarra Chami no parece un ajedrecista de alto nivel. Es un joven normal, con una vida "como la de cualquier chavo". Por dentro, trae a un jugador internacional, que espera alcanzar en la Olimpíada Mundial de Turquía el sueño de ser Gran Maestro.
¿Cómo es el jugador de ajedrez y el estudiante de Derecho?
Muy normal. Cuando tienes que estar en un torneo te metes en ese mundo, te apartas de muchas cosas, es otro rollo. Pero cuando no… pues vivo igual que todos los de mi edad. Lo puedo definir así: el ajedrez es un estilo de vida.
¿Una buena actuación en la Olimpíada y alcanzarías el máximo logro?
Así es. Espero se den las condiciones. Me faltan unos puntos para completar la tercera norma y ser Gran Maestro. Si lo logro, que espero suceda, sería algo maravilloso.
¿Qué representa para ti ser Gran Maestro?
Pues imagínate. Comenzar a estar a la altura de los grandes jugadores de ajedrez, pero esto no tiene tope, siempre hay que ir mejorando y tratando de perfeccionar tu juego. Es como, digamos, que estés en la liga de fútbol más poderosa del mundo, pero tienes que jugar como Leo Messi, como Cristiano Ronaldo. Si te detienes, ¿qué chiste?
Nos imaginamos que ahora en Turquía, en la Olimpíada, estarán de fiesta con las grandes figuras del deporte ciencia…
Claro… Hay unos jugadores que son unos auténticos genios. Es, créeme, como estar en un Mundial de Fútbol y tener cerca a Leo Messi, a Cristiano Ronaldo, o en unos Juegos Olímpicos con Usain Bolt y Michael Phelps.
¿Y la preparación para este torneo u otras competencias?
Tienes que prepararte bien, física y mentalmente. Si no haces ejercicio físico, te agotas y se siente feo que te pase. Eso de quedarte sin fuerzas en una competencia importante es terrible. Hay que estudiar partidas, leer y concentrarse, pero también es fundamental el gimnasio, correr.
Además de ajedrez, ¿qué más haces en tu vida?
Pues repito, soy normal. Apenas llego de un torneo mis amigos me dicen: “Vamos a echar una cascarita de fútbol” y pues vamos a echarla. Me divierto mucho con ellos. Además, como soy el que anda fuera siempre, pues cuando regreso me gusta invitarlos a la casa y armamos una fiesta con carnes asadas, un vinito, una cerveza. No tiene nada de malo hacer eso. Y me encanta ir al cine, siempre que puedo voy con mi novia. O sea, todo normal, no soy un “cerrado” como muchos jugadores, yo vivo mi vida y la disfruto.
¿Y la escuela?
Pues la verdad, mi agradecimiento a la Universidad Marista por la oportunidad de representarla y me siento afortunado de estudiar aquí. La carrera de Derecho me gusta por vocación y por herencia. Me encantaría terminar y trabajar en un despacho o tener el mío propio. Mi papá es abogado y me gustaría trabajar con él, seguirle sus pasos.
¿Cómo llegas al ajedrez?
Mi papá jugó ajedrez en la secundaria y la prepa, así que me enseñó a jugar, lo elemental. Luego me fui metiendo a los torneos y el aprendizaje fue distinto, más completo y difícil. A veces me digo: ¿cómo es que lo hice? Y no, no tengo respuesta. Ya estoy aquí y creo que lo he hecho bien hasta ahora.
¿Alguna parte importante en tu carrera?
Cuando salí de la secundaria no quise entrar a la prepa. Pedí permiso a mis papás y me fui una temporada a Europa para aprender más ajedrez. Estuve en España -en Barcelona y Madrid- y Francia. Me ayudó mucho, aprendí, y cuando volví me enganché en la prepa libre y la aprobé por el examen Ceneval. Así fue todo… ingresé a la Universidad Marista, donde estudio Derecho.
¿Cómo ha sido el apoyo de tus padres y la familia en general?
Factor muy importante: mis papás me han dado todo su apoyo desde siempre. Era el único varón de los hijos. Tuve puras hermanas (sonrisas), ya te imaginarás… cuñados y más cuñados… Pero aprendí a llevar las cosas bien.
¿Te haría sentirte mal si en Estambul no alcanzas la norma que falta para ser Gran Maestro?
No, para nada. Eso me probaría que tengo que seguir trabajando fuerte. El ajedrez, a diferencia de los deportes de rendimiento físico, no te limita. Mira que ahora Viktor Korchnoi, a sus no sé cuántos años, sigue aprendiendo, pese a que es uno de los más grandes jugadores.
¿Tres cosas que te gusten y no tengan nada que ver con el ajedrez?
Pues es que todo gira alrededor del ajedrez. Algo que me gusta mucho es, de madrugada, tomo mi teléfono y juego partidas de un minuto. A veces me paso tres horas jugando de esta forma hasta que mi papá me dice: “¡Ya duérmete!”. Otra, hacer deporte. Me encanta el fútbol… Hoy ganó el Barcelona (el jueves pasado que realizamos la entrevista), le voy al Cruz Azul. La reta con los cuates no la cambio por nada. Y pues una más es que me encanta salir con mi novia y los amigos. A final de cuentas, tener amigos es algo muy importante.
¿Tu relación con Manuel León Hoyos y Diana Real Pereyra, con quienes harás equipo en Estambul?
Maravillosa. Con Manuel me llevo muchísimo, especialmente ahora, en que está viviendo un gran momento. Es un tipazo y como jugador, pues es el mejor de México. Hemos estado en contacto y por internet intercambiamos opiniones, nos echamos porras, muy animados de que iremos a hacer equipo en la Olimpíada. Con Dianita, igual. Es una gran chica, muy linda y no se diga como jugadora. También va Gonzalo Navarrete como capitán. Tendremos un gran equipo yucateco en la Olimpíada.