En este caso, todos los caminos llevan a… La Universidad Marista. Como ya se informó, en este inicio de curso escolar se unen a los alumnos más de treinta estudiantes provenientes de diversas partes del mundo. A este grupo multinacional se unirán en breve los universitarios estadounidenses del Central College.
La gran mayoría de nuestros visitantes llegaron por medio de convenios que la Universidad Marista ha inscrito con otras instituciones educativas. Lo que más les atrae de nuestra casa de estudios es el nivel académico y el ambiente de familia. También la seguridad y el clima de Yucatán son imanes para nuestros alumnos extranjeros.
Gran parte de los brasileños que nos visitan en este semestre conocieron antes a alumnos y maestros de la Universidad Marista, durante un congreso de Arquitectura. Ahí, los sudamericanos se percataron de los logros alcanzados por esta escuela marista.
Pero Dieff, Jasmine y Niva no llegaron aquí por convenio o por conocer antes a la institución. Los tres provienen de Haití y viven en Mérida desde junio pasado. Dieff comenzó a estudiar Ingeniería Civil, y sus compañeras, Administración de Recursos Naturales. Ninguno al llegar hablaba español.
"Vivir aquí no es muy difícil para mí", reconoce Dieff, de 20 años. Sin embargo, compara: "Aquí hay mucho más calor que en Haití".
El nuevo alumno de la universidad es originario de Jeremie, una población "a siete horas de autobús de Puerto Príncipe", la capital haitiana. Es precisamente ahí donde se encuentra el postulantado marista de ese país. Los formadores son los hermanos Frisnel Walter, Luis Enrique Rodríguez y José Luis Casillas, el primero haitiano y los dos últimos mexicanos.
La presencia marista en Haití cumple ya un cuarto de siglo, y ha vivido momentos muy duros, como el terremoto del 12 de enero de 2012. Dieff recuerda esos difíciles días: "El temblor destruyó gran parte de mi país; mucha, muchísimas gente murió".
Sobre ese desastre natural, el compatriota de Dieff, el hermano marista Forestal Toussaint, aseguró en una entrevista que se le hizo en la escuela Joaquín Peón que "Haití no está solo, está en manos de Dios". El religioso dijo entonces, entre otras cosas, que había aprendido español "en un mes".
Como Dieff, Jasmine y Niva, Forestal habla principalmente creole y francés. El castellano de Dieff ya avanzó mucho en sólo dos meses y medio.
"Sí extraño a mi familia", dice el alumno de Ingeniería Civil. "Pero es parte de la vida. Un día somos pequeños, y al otro día ya estás fuera de la casa, lejos de tus padres". Dieff dice que los universitarios "son muy buenas personas", y que su experiencia ha sido hasta el momento muy enriquecedora.