¿Son los habitantes de Yucatán más propensos a padecer diabetes que los de otros estados del país? ¿Qué genes contribuyen a que una persona tenga dificultades en metabolizar sus carbohidratos, grasas y proteínas ingeridos? Esas y otras preguntas intentan responder un grupo de investigadores, que trabajan en una tiránica tarea de recopilación de muestras y análisis de las mismas.
Entre estos hombres de cienca, se encuentran profesores y alumnos de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Marista de Mérida, que en días pasados acudieron a la ciudad de México a presentarle sus avances a sus colegas.
Ahí se dieron cita investigadores de diez centros académicos de México —en colaboración con el Instituto Genómico en Estados Unidos, el Departamento de Genética del Texas Biomedical Research Institute en San Antonio, Texas—.
Todos ellos realizan análisis del mapa de mensajes genómicos (transcriptomicos) en familias mexicanas para determinar el riesgo de desarrollar estos padecimientos y contribuir a su prevención.
Los investigadores de Yucatán son el Dr. Alejandro Bassol Perea, la maestra en Cienciasy Nutrióloga Fernanda Molina Seguí y el Dr. Hugo Laviada Molina.
El estudio, denominado «Genética de las Enfermedades Metabólicas en México» (GEMM), está a cargo de un Consorcio Interuniversitario de Investigación en Genética.
«El GEMM es una investigación multicéntrica sobre los aspectos genómicos de la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares. Es un proyecto único en su tipo que nos permitirá conocer más sobre la incidencia de la genética en estos padecimientos», comenta la Dra. Esther Gallegos Cabriales, de la Facultad de Enfermería de la Universidad Autónoma de Nuevo León, quien funge como investigadora principal del estudio en México.
«Como parte del estudio se recluta a familias extensas de tres generaciones (abuelos, hijos, padres, hermanos, primos, sobrinos, tíos) en diferentes regiones del país, para estudiar la transmisión de la herencia genética y la predisposición para desarrollar enfermedades metabólicas relacionadas con la nutrición, como la diabetes y la obesidad», indica el Dr. Ernesto Rodríguez Ayala, coinvestigador principal del estudio en la ciudad de México.
«Se reclutan voluntarios sanos para acudir a hospitales afiliados en cada región, con el fin de efectuar su historia médica, recolectar biopsias de grasa subcutánea y músculo para extraer mRNA (conocido como material genético mensajero, por contener la información que envían los genes para producir proteínas) y determinar el transcriptoma (que es el término utilizado al determinar estos mensajes), y posteriormente hacer mediciones después de ofrecerles una comida mixta», explica la Dra. Edna Nava González, de la Facultad de Salud Pública y Nutrición (FASPyN), UANL, quien coordina a nivel nacional los aspectos académicos y de reclutación de las familias.
«Si se logra establecer una base de epidemiología genética con un diseño basado en estudiar familias en México mezclando el transcriptoma y el postprandio, se avanzará en entender con mayor exactitud los rasgos genéticos específicos de nuestra población para establecer programas preventivos que nos permitan detectar personas en riesgo de desarrollar obesidad», resalta el Dr. Laviada Molina, coinvestigador del estudio desde la Universidad Marista de Mérida.
Inversión en ciencia
Los expertos buscan colectar muestras en unos ochocientos, mil voluntarios en veinticinco, treinta familias con parentesco consanguíneo, de los cuales se ha logrado un avance del 10%.
No obstante, para mantener el ritmo de recolección y análisis son necesarios mayores recursos financieros para hacer frente a todas las necesidades que involucra una investigación de esta envergadura.
«Un estudio de este tipo tiene altos costos y hemos iniciado la integración de un grupo corporativo de patrocinio para efectuar el trabajo de campo en nuestro país, contando con apoyo filantrópico inicial del sector empresarial. La respuesta para apoyar al Consorcio Universitario y al proyecto ha sido muy halagadora y favorable», destaca el Dr. Raúl Bastarrachea, director y coordinador general del proyecto GEMM.
Bastarrachea destaca también «que se sabe la obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares tienen origen en una gran diversidad de causas, y por tal razón aún es necesario generar mucho conocimiento sobre ellas, y en ese sentido la participación bipartita a través de inversión de la iniciativa pública y privada es clave. Este estudio sobre genética en familias mexicanas ayudará a la generación de dicho conocimiento sobre las causas la obesidad y diabetes, ya que aún existe mucho por dilucidar respecto a estos padecimientos».
Participantes
Las universidades que integran el Consorcio son: La Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Marista de Mérida, sede administrativa y logística del estudio; la Facultad de Enfermería y la Facultad de Salud Pública y Nutrición (Faspyn) de la Universidad Autónoma de Nuevo León; Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Chihuahua; Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Autónoma de San Luis Potosí; Universidad Católica (UNIVA) de Guadalajara, Jalisco; Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Anáhuac Norte; Universidad Latina de América en Morelia, Michoacán; Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos Cuernavaca; y el Instituto de Investigaciones Medico-Biológicas de la Universidad Veracruzana.
Pie de foto:
Jorge Carlos Bolaños Ancona, director de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Marista de Mérida; Fernanda Molina Seguí, investigadora de esa institución; Raúl Bastarrachea Sosa, director y coordinador general del proyecto GEMM , y Luis Méndez Trujeque y Hugo Laviada Molina, coordinador e investigador de la Escuela de Ciencias de la Salud de la Universidad Marista de Mérida, respectivamente.