UNIVERSIDAD MARISTA DE MÉRIDA A.C.

Adiós, Humberto Ricalde

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El arquitecto y catedrático mexicano Humberto Ricalde González, compilador del libro “Lo mejor de lo mejor: Arquitecturas mexicanas 2001-2010″, falleció este 7 de enero a los 70 años en esta ciudad, informa la agencia Notimex.

La edición electrónica de la revista Arquine confirmó el fallecimiento de Ricalde y destacó la trayectoria de uno de los arquitectos más reconocidos de México, cercano colaborador y tallerista de la Escuela de Arquitectura y Diseño de la Universidad Marista de Mérida.

Su última actividad en nuestra casa de estudios fue en noviembre pasado, donde preparó a los alumnos, con talleres y charlas, para la posterior cátedra extraordinaria «Enrique Manero Peón», en esa ocasión impartida por su colega Teodoro González de León.

Nacido en Mérida, Yucatán, en 1942, forjó su trayectoria en la ciudad de México, donde participó en proyectos como el conjunto habitacional Unidad Latinoamericana y el edificio Prados Sur.

Estudió en la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), después realizó un posgrado en Diseño Arquitectónico en Praga y otro en Diseño Urbano e Historia en Italia.

Dedicado a la enseñanza durante 45 años, Humberto Ricalde impartió clases en distintas universidades y facultades, sobre todo en el Taller Max Cetto de la Facultad de Arquitectura de la UNAM.

“Trabajó para Augusto Alvarez, a quien reconocía como su maestro; dibujando para (Luis) Barragán junto con Giovanna Rechia, su esposa, los planos que aquél nunca hizo de su casa; con Félix Sánchez, Alberto Kalach, (Alfonso) López Baz y (Javier) Calleja, y Moisés Becker, entre otros”, recordó la publicación.

Además, el catedrático participó en varios proyectos editoriales como “Traza”, un suplemento del periódico Uno más uno, formó parte del consejo editorial de la revista “Arquitectura y fue director de la publicación trimestral “Trazos”.

En el sitio electrónico Arquine también se recuerdan frases del arquitecto Ricalde. A continuación, una selección:

«Lo propositivo de la nueva arquitectura no reside en su gestualidad, más bien desarrolla su reflexión como espacio, luz, construcción y materialidad».

«El espacio en la arquitectura es dinámico, la cualidad de acción, de movimiento; la arquitectura es un contenedor que pauta su desplazamiento».

«Valoro como mejor arquitectura aquella donde lo gestual radica en la creación de espacios diáfanos: pabellones en diferentes escalas, casi transparentes, en los que una cubierta puede asumir la libertad de acción en el espacio contenido; edificios donde muros, rampas y escaleras condicionan y dirigen a sus usuarios».

«Encuentro mucho valor en aquellas arquitecturas que se disuelven en el sitio, cuando el proyecto se amalgama como si siempre hubiera estado ahí, cuando forma parte».

«Algunos edificios son intervenciones en preexistencias, la comprensión de un lugar con características y limitantes previas condiciona la intervención y, en el mejor de los casos, transfigura el lugar con potencia y no sólo con adhesiones protagónicas, ya sea por lograr extender un programa arquitectónico, reinterpretar lo existente o el correcto desplante de un edificio, en su contexto o su paisaje».

«Una obra puede mantener explícita la materialidad de su apariencia. La comprensión y la creatividad con que un material puede ser utilizado le dan veracidad y contundencia a un proyecto, ya sea que la apariencia del material con que fue realizada la obra resalte en su contexto o que, aún recubierta, exprese su solidez y la contención entre sus partes».

«El valor de la materialidad no se encuentra sólo en el uso correcto de un material determinado o en la posible economía que eso significara, es también la manera en que su agrupación divide el espacio y forma arquitectura, ambiente».

«Las obras que exponen con naturalidad las partes que las conforman y sostienen –su estructura–, me parecen de mucho valor, aprecio ese gesto. En estas obras podemos apreciar la lógica con que se desarrollan o la comprensión de las articulaciones que las desenvuelven y hacen posible la arquitectura. Un muro de concreto perfectamente colado, le puede dar mucha belleza a una obra y ser el eje de su estructura».

«La densa corporeidad y la composición axial de Mario Pani; el funcionalismo medido y voluntariamente sobrio de Augusto H. Álvarez; las plantas estrictas y las fachadas unifilares de Ramón Marcos; la voluntad de síntesis entre metales, vidrios y pórticos de Juan Sordo Madaleno; y más adelante, la diáfana, etérea, casi ausente, corporeidad de los edificios de Ramón Torres y Francisco Artigas, ¿cómo las edificaciones de estos arquitectos sobreviven y dialogan con la intricada trama de la metrópoli?»

«Todo espacio, todo rincón urbano es antes que nada lugar de afectos, lugar de recuerdos que permanecen en nuestra memoria debido a los momentos que pasamos en ellos, el recuerdo de las sensaciones y emociones que en ellos vivimos y que los transforman en verdaderos lugares de cariño por la urbe que los acuna y a la cual dan sus características».

«A la arquitectura actual le quitaría excesos de interpretación intelectual y racional, y me acercaría más a un entendimiento integral de la arquitectura. Más reflexión y menos intelectualización, eso haría yo con la arquitectura».

«A la palabra teoría la hemos vaciado de contenido y a la palabra crítica cargado peyorativamente».

«Un concurso es un instrumento para recoger en un momento específico el pensamiento de un grupo amplio de arquitectos».


 

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